Receta para limpiar hornos de manera orgánica:

Materiales (no ponemos cantidades porque los hornos varían en cantidades y sabores!)

  • Agua
  • Bicarbonato de sodio 
  • Vinagre
  • Un atomizador
  • Una cuchara
  • Una esponjilla
  • Un trapo 
  • Un mezclador

1. Prepara la mezcla

En el mezclador, mezcla media taza de bicarbonato de sodio con un poco de agua. Añade poco a poco el agua y el bicarbonato a ojo para no pasarte. Si queda muy aguado puedes añadir un poco más de bicarbonato hasta que tengas una pasta consistente.

2. Saca todas las partes extraíbles del horno y aplica la pasta

Saca las bandejas y rejillas que tengas en el horno. Humedécelas con agua caliente para que los restos incrustados empiecen a reblandecerse. Después, aplicales la pasta de bicarbonato y déjalas reposar. ¡Con media hora será suficiente!

3. Impregna el interior del horno con la mezcla

Utiliza la pasta de bicarbonato para cubrir por completo todos los rincones del horno, incluso aquellos que puedan parecerte limpios y déjalo actuar unas horas. Una buena idea es dejarlo durante toda la noche (unas 12 horas), ya que el bicarbonato de sodio necesita tiempo para hacer efecto. Si ves que el bicarbonato va cambiando de color, es buena señal ya que significa que está absorbiendo toda la suciedad del horno.

4. Retira la pasta

Después de dejarlo reposar unas 12 horas es momento de utilizar la esponjilla. Dependiendo de lo que mejor se adapte a ti puedes usar un estropajo más duro como los de cobre, en las zonas en las que todavía quedan algunos restos incrustados, pero también puedes utilizar esponjas blandas. Retira toda la pasta, ve enjuagando y escurriendo el estropajo tantas veces como sea necesario hasta dejar el horno sin restos de bicarbonato.

5. Para finalizar

Rellena el pulverizador con un poquito de vinagre y humedece el interior del horno. Esto te ayudará a retirar los restos de bicarbonato y grasa que todavía se resisten. Si hace algo de espuma es normal, es la reacción del vinagre con el bicarbonato. Utiliza el trapo para retirar el vinagre y los restos de espuma.

Para la ventana del horno puedes seguir el mismo proceso, aunque al igual que con la bandeja y la rejilla, con media hora suele ser suficiente.

Por último, solo te falta secar bien el horno con un paño seco y dejar la puerta abierta para que termine de irse la humedad completamente.

Ya tienes el horno reluciente y listo para seguir preparando tus deliciosas recetas.